Conservador de una colorimetría tradicional en la que casi puede verse a primera vista el origen mineral de sus colores, Ramos Lucano es poseedor de un dibujo alegre y espontáneo.
Domina las técnicas del barro bruñido y del barro petatillo vidriado con y sin plomo. Esqueletos lúdicos en escenas cotidianas del campo y flores tradicionales son su distintivo, son alegorías que comúnmente adornan sus obras. Su dedicación y talento le han permitido ser un cotizado decorador en los diferentes talleres en los que ha compartido su oficio.